jueves, 15 de diciembre de 2011

Introducción

     El lenguaje audiovisual es toda aquella comunicación que transmitimos a través de los sentidos de la vista y el oído. Es importante en la publicidad, el periodismo, la televisión, el cine y ahora incluso en la web. Este lenguaje lo componen la imagen y el sonido mediante los cuales transmitimos ideas o sensaciones, ajustándose a la capacidad de comprensión de cada persona y no a la tecnología que los medios utilizan.

     Los mensajes audiovisuales facilitan y dan peso a la comunicación (de ahí la frase “vale más una imagen que mil palabras”). En el lenguaje audiovisual podemos apreciar aspectos morfológicos (elementos visuales y elementos sonoros), aspectos sintácticos (planos, ángulos, iluminación, color…), aspectos semánticos (recursos visuales y recursos lingüísticos), aspectos estéticos e incluso aspectos didácticos (si el material audiovisual tiene una intención pedagógica).

     Las imágenes fijas, por lo tanto, son los elementos visuales que forman parte de los aspectos morfológicos para construir los mensajes audiovisuales. Los elementos básicos de las imágenes son puntos, líneas, formas y colores, y sus principales características son:
  • Iconicidad o abstracción
  • Denotación y connotación
  • Simplicidad o complejidad
  • Originalidad o redundancia
  • Monosemia o polisemia

En este blog nos vamos a centrar en las características de las imágenes fijas.

martes, 14 de diciembre de 2010

Originalidad y redundancia


            En el mundo de las imágenes, la originalidad consiste en nuevos planteamientos y sobre todo en formas diferentes de entender la realidad, con lo cual podemos decir que tiene un estrecho lazo con la novedad. Originalidad no tiene que significar algo abstracto, difícil de entender o ver, sino que son imágenes que escapen a la estandarización. Aunque en ocasiones una imagen original puede llegar incluso a que el espectador llegue a tener problemas de comprensión. La palabra originalidad, está relacionada con “origen”, por lo tanto podemos ver la originalidad como algo que es único y nuevo, que sale de nuestro interior, de nosotros mismos. Cuando una imagen aporta algo nuevo y diferente, por su forma o por su significado, decimos que es original.

Las siguientes imágenes son ejemplos de anuncios publicitarios basados en la originalidad:

         





            Por otra parte, muchas veces las imágenes se repiten, tal vez no las habíamos visto antes pero hemos visto algo muy parecido, no nos sorprenden, no nos dicen nada nuevo. En este caso hablamos de imágenes redundantes. Cuando hablamos de redundancia en las imágenes fijas podemos asociar a ello el uso de estereotipos o modelos. Éstos son muy comunes en anuncios publicitarios. Estamos en un periodo de saturación de imágenes, por tanto, es muy frecuente la repetición de los mismos esquemas y los mismos estímulos y, como consecuencia, ya no llaman la atención.

Los productos de belleza son un ejemplo claro de publicidad redundante:








Simplicidad y complejidad


            Las imágenes simples contienen escasos elementos visuales y requieren para su decodificación una menor atención que las imágenes complejas. En el lenguaje publicitario se observa que la gran mayoría de anuncios no poseen más allá de cuatro o cinco elementos visuales con el objeto de no distraer a la audiencia del fin que se persigue: la captación diáfana del mensaje y de una posible clientela.

Aquí podemos observar una imagen simple que no requiere mucho tiempo ni atención para su análisis.


            El nivel de complejidad de una imagen va a estar estrechamente vinculado a los siguientes aspectos: grado de iconicidad; sentido abierto o cerrado de la representación; carácter histórico de la representación; valor económico, social, político, cultural, etc., de los objetos que aparecen en la imagen; relaciones de los elementos entre sí; utilización de elementos u objetos anacrónicos en una misma representación; el contexto y, por último, la organización perceptual. 

En la primera imagen podemos observar que es algo más compleja que la anterior (chico en bicicleta), pero aun así su análisis es sencillo y su grado de complejidad es menor que en la segunda imagen, que es una obra que posee diferentes niveles de lectura.





Iconicidad y abstracción

     Un espectador tiende a tomar su propio contexto como marco de referencia al realizar cualquier tipo de análisis del mensaje. Los mensajes adquieren el significado que la experiencia permite leer en ellos, así como el que hemos aprendido a atribuirle, en función del contexto en el que nos hallamos inmersos. 
     En la medida en que el objeto representado muestre una mayor coincidencia con la realidad, diremos que tienen un alto nivel de iconicidad.

Podemos establecer una escala de iconicidad en relación con la similitud a la realidad:

  • Fotográfica

                Una fotografía es la imagen más real posible.



  • Animación de objetos: Es una variante de la iconicidad fotográfica, pero el hecho de animar artificialmente objetos inanimados altera sustancialmente la referencialidad y la verosimilitud de la imagen.
     Estos objetos son animados, inmóviles, pero al animarlos artificialmente estamos distorsionando la realidad.



  • Imagen por ordenador
                 Una imagen creada mediante el ordenador puede representar situaciones reales, pero no deja de ser una distorsión trucada de la realidad.


  • Dibujos animados
                Los dibujos animados están inspirados en detalles de la realidad, pero no la representan.

  • Escritura: Como imagen visual constituye una especial forma de iconicidad.
  • HSREAW
                    La escritura (como imagen) es una representación de la realidad, es un tipo especial de iconicidad.


   Pero para una comprensión más básica y generalizadora de la escala de iconicidad, algunos teóricos establecen tres niveles fundamentales de iconicidad, de mayor a menor, de las imágenes:

  1. Representativo: la percepción directa por parte del receptor del referente visual se establece desde un nivel de codificación bajo.
  1. Simbólico: establece una mayor simplicidad en la representación de la imagen referencial que así contiene, codificada lingüísticamente, referencialmente, mayor complejidad.
  1. Abstracto: reduce la imagen a sus componentes visuales más básicos. El nivel de codificación es alto.
Naturalmente, el mayor grado de iconicidad lo representa el propio objeto, cuanta mayor diferencia exista entre la realidad y la imagen, más se aproximará hacia lo abstracto.


     Las representaciones que tienen un alto grado de abstracción requieren del observador un mayor entrenamiento en la codificación y decodificación de los signos. Estas representaciones guardan muy poca similitud con la realidad, tan solo en los en los niveles visuales más básicos.

Las imágenes abstractas presentan una deformación de la realidad y la única relación que guardan con ella es a nivel de los elementos más básicos. Son difíciles de interpretar. Se podría decir que tienen un aspecto subjetivo: intentan provocar sentimientos distintos en las personas.